Una valoración crítica de las revisiones del aspartamo de la OMS

Aspectos destacados

  •  Tras una completa evaluación de seguridad de todas las evidencias disponibles, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la FAO/OMS, volvía a confirmar la seguridad del aspartamo y reafirmaba la Ingesta Diaria Admisible.
  • Como parte de su evaluación completa, el JECFA examinó las recientes conclusiones de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que clasificaba el aspartamo como “posiblemente carcinógeno para los seres humanos (Grupo 2B)”, basándose en una evidencia “limitada”. La IARC no es una autoridad de seguridad alimentaria.
  • Pese al amplio conjunto de evidencias científicas que ha experimentado múltiples revisiones reguladoras con acuerdo en la ausencia de asociación entre aspartamo y cáncer, la IARC se apoyó en 3 estudios epidemiológicos como base para la “limitada” evidencia del carcinoma hepatocelular en seres humanos (estudios para los que la IARC informaba que no podían descartarse el azar, los sesgos, y factores de confusión), y 3 estudios en animales de laboratorio como base para la “limitada” evidencia en datos de animales de laboratorio (estudios que han sido constantemente determinados como poco fiables por parte de organismos reguladores). El JECFA no encontró ninguna evidencia convincente de motivo alguno de preocupación para la salud humana y reafirmó la seguridad del aspartamo.
  • El aspartamo es uno de los ingredientes más exhaustivamente estudiados del mundo.

 

 El aspartamo es seguro

El 14 de julio de 2023, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO)/OMS reafirmaba la seguridad del aspartamo y volvía a confirmar la Ingesta Diaria Admisible (IDA) de 40 mg/kg de peso corporal.

Tras la revisión de una amplia base empírica, el JECFA llegó a la conclusión de que no había ninguna evidencia convincente procedente de datos sobre seres humanos o animales de laboratorio de que el aspartamo tuviera efectos adversos después de ingerirlo. El JECFA también evaluó su potencial carcinógeno, concluyendo que “no existía ninguna preocupación sobre carcinogenicidad en animales debida a la exposición oral al aspartamo” y que la “evidencia de una asociación entre el consumo de aspartamo y el cáncer en seres humanos no es convincente” (JECFA 2023). .

Limitaciones de la revisión de la IARC

En su reunión de junio de 2023, un grupo de trabajo de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó el aspartamo como “posiblemente carcinógeno para seres humanos (Grupo 2B)” (Riboli 2023). Esta clasificación se basaba en una “limitada” evidencia en estudios epidemiológicos, una “limitada” evidencia en datos de animales, y unos datos mecánicos “limitados”. Como se define en el Preámbulo de la IARC, se utiliza la categoría de evidencia “limitada” cuando “es creíble una interpretación causal de la asociación positiva observada en las pruebas acumuladas sobre exposición al agente y cáncer, pero no pueden descartarse, con una certeza razonable, el azar, el sesgo o factores de confusión”, y es inferior a una “evidencia suficiente” (IARC 2019).

La información sobre el razonamiento para esta clasificación se limita actualmente a un resumen proporcionado en The Lancet (Riboli 2023) y a un resumen conjunto de conclusiones de la IARC y el JECFA (IARC y JECFA 2023).

  • Evidencia limitada en estudios en seres humanos

Con respecto a los datos de seres humanos, el comité de la IARC concluyó que existía una evidencia “inadecuada” para todos los tipos de cáncer, excepto para el carcinoma hepatocelular, que se concluyó que contaba con una “evidencia limitada” en base a las conclusiones de tres estudios que la IARC afirma que reportan asociaciones positivas. No obstante, dado que, en este tipo de estudios, no podían descartarse con una certeza razonable el azar, los sesgos o los factores de confusión, se consideraba que la evidencia de cáncer en seres humanos era “limitada” para el carcinoma hepatocelular (Riboli 2023).

Los tres estudios en seres humanos citados por la IARC (Jones 2022, McCullough 2022, and Stepien 2016) evaluaban potenciales asociaciones entre el consumo de bebidas edulcoradas sin azúcar y el cáncer. Es importante destacar que ninguno de estos estudios medía el consumo de aspartamo en sus poblaciones de estudio. En su lugar, usaban el consumo de bebidas edulcoradas sin azúcar como un indicador de consumo de aspartamo, e (importante) solo recogían información sobre el consumo una vez, al inicio de cada estudio. Esto es, no se recogía información adicional sobre patrones dietéticos de consumo a lo largo del seguimiento (que iba de 11 a 34 años), destacando la probabilidad de un sesgo de mala clasificación de la exposición al aspartamo.

En un estudio que incluía dos cohortes en EEUU, se evaluó el consumo de bebidas edulcoradas artificialmente y el riesgo de cáncer de hígado mediante el estado de la diabetes (Jones 2022). La evaluación de la exposición a las bebidas edulcoradas artificialmente se hizo en base a la frecuencia de su consumo diario, y no a la cantidad diaria. Los autores del estudio no encontraron ninguna asociación entre consumo de bebidas edulcoradas artificialmente y cáncer de hígado en participantes no diabéticos. En participantes con diabetes (sin distinción entre Tipo 1 y Tipo 2), se observó una asociación entre el aumento de la frecuencia diaria de bebidas edulcoradas artificialmente y el riesgo de cáncer de hígado hasta los 12 años después del inicio del estudio (Cociente de riesgos (CR): 1,13; Intervalo de Confianza (IC) del 95%: 1,02-1,25). No obstante, no se encontró dicha asociación cuando se evaluó a los participantes doce o más años después del inicio del estudio (CR: 0,82; IC del 95%: 0,64-1,05). Los autores afirmaron que no está claro por qué no persistía el riesgo con un tiempo de seguimiento más prolongado: algo esperable si existiera una verdadera asociación.

En otro estudio en EEUU (McCullough 2022), se evaluó el efecto de bebidas edulcoradas artificialmente sobre varios tipos de mortalidad relacionada con el cáncer. Es importante destacar que la evaluación del consumo de bebidas edulcoradas en este estudio se produjo en 1982, un año antes de que se aprobara el aspartamo en bebidas gaseosas en Estados Unidos (US FDA 2023 a). Aunque la IARC indica que se reportó una asociación positiva entre el consumo de bebidas edulcoradas y la mortalidad por cáncer en un subgrupo (Riboli 2023), no se observaron asociaciones estadísticamente significativas entre el consumo de bebidas edulcoradas artificialmente y el cáncer de hígado. De hecho, cuando se compara el riesgo de cáncer de hígado con bebidas edulcoradas artificialmente, el riesgo parece disminuir con un mayor consumo si se compara con “quienes nunca las beben”. Cuando se consideraba el consumo de bebidas edulcoradas artificialmente como una variable continua, no existía asociación con un aumento del riesgo de cáncer de hígado.

El tercer artículo al que hacía referencia la IARC (Stepien et al. 2016) se llevó a cabo en una cohorte europea y pretendía evaluar el riesgo de la ingesta de refrescos combinados (edulcorados con azúcar y artificialmente) y zumos de frutas y vegetales y el riesgo de cáncer de hígado. En este análisis, se observó un ligero aumento del riesgo de cáncer de hígado con cada consumición adicional de bebida edulcorada artificialmente (CR: 1,06; IC del 95%: 1,03-1,09). Sin embargo, el artículo no aclara qué variables se consideraron para este análisis, lo que pone en tela de juicio si los autores tuvieron en cuenta factores potenciales de confusión en la relación entre el consumo de bebidas edulcoradas artificialmente y el cáncer de hígado. Sin información sobre las variables consideradas para esta estimación de riesgos, este pequeño aumento del riesgo podría deberse probablemente a factores residuales de confusión o a un sesgo de mala clasificación de la exposición.

En conjunto, las limitaciones de los estudios citados por la IARC son sustanciales, lo que impide evaluar o determinar causalidad. Estas (y otras) limitaciones llevaron a JECFA a concluir que “no se ha observado [una] asociación coherente entre el consumo de aspartamo y un tipo concreto de cáncer. Todos los estudios tienen limitaciones con respecto a su evaluación de la exposición y, en particular, en muchos estudios, respecto al aspartamo frente a los edulcorantes intensos en general. No pueden descartarse la causalidad inversa, el azar, los sesgos, y factores de confusión debidos a aspectos socioeconómicos o de estilo de vida, ni el consumo de otros componentes dietéticos. En general, el Comité del JECFA llegó a la conclusión de que la evidencia de una asociación entre el consumo de aspartamo y el cáncer en seres humanos no es convincente” (énfasis añadido).

Estas conclusiones también son coherentes con una reciente revisión cuantitativa completa de las evidencias toxicológicas y epidemiológicas sobre una posible relación entre los edulcorantes sin azúcar (NSS, del inglés), incluido el aspartamo, y el cáncer, que no encontró evidencia alguna de riesgo de cáncer asociado al consumo de NSS (Pavenello 2023).

  • Evidencia en animales limitada

El JECFA evaluó doce estudios de aspartamo y cáncer en animales de laboratorio: todos, menos tres, arrojaron resultados negativos (JECFA 2023). En el resumen de The Lancet no se discuten individualmente los doce estudios, pero los tres estudios positivos están identificados y descritos como de evidencia “limitada” para el cáncer en animales de laboratorio (Soffriti 2010, Soffritti 2007, Soffriti 2006). Estos estudios aportan datos procedentes de tres bioensayos de carcinogenicidad a lo largo de toda la vida llevados a cabo en el Instituto Ramazzini, dos en ratas Sprague-Dawley y uno en ratones Swiss, y la IARC lista los tipos específicos de cáncer observados en machos y hembras. Sin embargo, “debido a cuestiones sobre idoneidad del diseño, proceder, interpretación y presentación de informes de cada estudio, la IARC consideró que la evidencia de cáncer en animales de laboratorio era ‘limitada’”. Al examinar los mismos estudios, el JECFA llegó a la conclusión de que “los resultados del estudio de Soffritti et al. son de relevancia incierta y no pueden, por tanto, usarse para la evaluación de riesgos del aspartamo”, con una declaración específica respecto a las limitaciones de los protocolos de los estudios a lo largo de toda la vida (JECFA 2023).

Aunque esto no se menciona en el resumen de la IARC, los estudios del Instituto Ramazzini se han descartado rutinariamente por ser poco fiables por parte de agencias reguladoras, incluida la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que llevó a cabo una de las revisiones de seguridad más completas jamás llevadas a cabo sobre el aspartamo (EFSA 2013) y también en la literatura científica revisada por pares (Borghoff 2023, Elmore 2023, EFSA 2013, FDA 2023 b, FSANZ 2022). Los estudios del Instituto Ramazzini no se llevaron a cabo según las buenas prácticas de laboratorio (BPL) ni usando las directrices estándar para bioensayos de carcinogenicidad, y no cumplían las normas del sector sobre fijación tisular o duración de los estudios. Además, se efectuó la necropsia de los animales tras su muerte natural, y no en el momento estándar a las 104 semanas. La ausencia de monitorización de la vigilancia de la salud de los animales, y el potencial de una reacción inflamatoria crónica inducida por un patógeno, podrían haber desempeñado un papel en las respuestas tumorales observadas, limitando enormemente la interpretación potencial de las lesiones observadas (Elmore 2023).

  • Evidencia mecánica limitada

El resumen de la IARC indica que “la evidencia mecánica para el aspartamo era ´limitada’ para las principales características de los carcinógenos”, mencionando estudios que muestran estrés oxidativo e inflamación crónica en particular (no se proporcionaron referencias a estudios concretos) (Riboli 2023). La IARC observa que, aunque algunos estudios arrojaron hallazgos de genotoxicidad positiva, los estudios tenían limitaciones de diseño, de análisis de datos, o de interpretación. El JECFA también llegó a la conclusión de que no había preocupación por la genotoxicidad (JECFA 2023).

El JECFA también ha revisado recientemente estudios publicados que investigaban posibles mecanismos que pudieran ser relevantes para inducir el cáncer, como estrés oxidativo, e indicaba que “los estudios que reportaban cambios en marcadores de estrés oxidativo tenían limitaciones en su diseño”, y concluía que no había preocupación por genotoxicidad, y “ausencia de un mecanismo plausible según el cual la exposición oral podría inducir cáncer” (JECFA 2023). En general, cuando se considera la evidencia mecánica disponible, los datos no respaldan una vía biológica plausible de carcinogenicidad (Borghoff 2023; JECFA 2023).

 El aspartamo es uno de los ingredientes más exhaustivamente estudiados del mundo

El aspartamo es uno de los ingredientes más exhaustivamente estudiados de la historia, y ha sido revisado por más de 90 agencias de seguridad alimentaria de todo el mundo, incluidas la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Las conclusiones del JECFA son coherentes con las conclusiones de estas agencias, que confirman que el aspartamo es seguro.

Los edulcorantes bajos en calorías/sin calorías ofrecen posibilidad de elección a los consumidores

 El aspartamo, como todos los demás edulcorantes bajos en calorías/sin calorías, si se utiliza como parte de una dieta equilibrada, proporciona a los consumidores la posibilidad de reducir la ingesta de azúcares, un objetivo fundamental de salud pública.

Los edulcorantes bajos en calorías/sin calorías desempeñan un papel importante al ofrecer a los consumidores opciones de sabor dulce con menos calorías o sin calorías. Como parte de una dieta equilibrada, los edulcorantes bajos en calorías/sin calorías pueden ser una herramienta útil para reducir la ingesta de azúcares y calorías, así como para gestionar los niveles de glucosa en sangre (Diabetes UK 2018) y reducir el riesgo de caries dental (EFSA 2011).

Borghoff, S.J., Cohen, S.S., Jiang, X., Lea, I.A., Klaren, W.D., Chappell, G.A., Britt, J.K., Rivera, B.N., Choski, N.Y. and Wikoff, D.S. 2022. Updated systematic assessment of human, animal and mechanistic evidence demonstrates lack of human carcinogenicity with consumption of aspartame. Food and Chemical Toxicology, p.113549.

Diabetes UK. 2018. The use of low or no calorie sweeteners. Position Statement (Updated December 2018). Available at: https://www.diabetes.org.uk/professionals/position-statements-reports/food-nutrition-lifestyle/use-of-low-or-no-calorie-sweetners

EFSA. 2013. Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E 951) as a food additive.https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.2903/j.efsa.2013.3496

EFSA. 2011. Scientific opinion on the substantiation of health claims related to intense sweeteners. EFSA 2011 Journal 9(6): 2229, and 9(4): 2076

Elmore, S.A., J.E. Rehg, T.R. Schoeb, J.I. Everitt, B. Bolon. 2023. Pathologists’ perspective on the study design, analysis, and interpretation of proliferative lesions in lifetime and prenatal rodent carcinogenicity bioassays of aspartame. Food and Chemical Toxicology. 171: 113504 ISSN 0278-6915, https://doi.org/10.1016/j.fct.2022.113504

FSANZ 2022. Website information on Aspartame (Updated in May 2022). Available at: https://www.foodstandards.gov.au/consumer/additives/aspartame/Pages/default.aspx

IARC. 2019. IARC Monographs on the Identification of Carcinogenic Hazards to Humans: Preamble. Lyon, France. Amended January 2019.

IARC and JECFA. 2023. International Agency for Research on Cancer and Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives. Summary of findings of the evaluation of aspartame at the International Agency for Research on Cancer (IARC) Monographs Programme’s 134th Meeting, 6–13 June 2023 and The JOINT FAO/WHO EXPERT COMMITTEE ON FOOD ADDITIVES (JECFA) 96th meeting, 27 June–6 July 2023. Accessed on July 14, 2023. Available at https://www.iarc.who.int/featured-news/aspartame-hazard-and-risk-assessment-results-released

JECFA. 2023. Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives. Ninety-sixth meeting (Safety evaluation of certain food additives) 27 June-6 July 2023. Summary and Conclusions. Accessed on July 14, 2023. Available at https://www.who.int/publications/m/item/ninety-sixth-meeting-joint-fao-who-expert-committee-on-food-additives-(jecfa)

Jones GS, Graubard BI, Ramirez Y, et al. 2022. Sweetened beverage consumption and risk of liver cancer by diabetes status: a pooled analysis. Cancer Epidemiol 79: 102201. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1877782122001060?via%3Dihub

McCullough ML, Hodge RA, Campbell PT, et al. 2022. Sugar- and artificially-sweetened beverages and cancer mortality in a large U.S. prospective cohort. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 31: 1907–18. https://aacrjournals.org/cebp/article-abstract/31/10/1907/709398/Sugar-and-Artificially-Sweetened-Beverages-and?redirectedFrom=fulltext

Pavenello et al. Non-sugar sweeteners and cancer: Toxicological and epidemiological evidence;  Regulatory Toxicology and Pharmacology. Volume 139, March 2023, 105369 https://doi.org/10.1016/j.yrtph.2023.105369

Riboli, E., F. Beland, D. Lachenmeier, et al. 2023. International Agency for Research on Cancer (IARC): Carcinogenicity of aspartame, methyleugenol, and isoeugenol. Lancet Oncol 2023. Published online July 13, 2023. DOI 10.1016/S1470-2045(23)00341-8. Accessed on July 14, 2023. Available at https://www.thelancet.com/pdfs/journals/lanonc/PIIS1470-2045(23)00341-8.pdf

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Stepien M, Duarte-Salles T, Fedirko V, et al. 2016. Consumption of soft drinks and juices and risk of liver and biliary tract cancers in a European cohort. Eur J Nutr 55: 7–20.https://link.springer.com/article/10.1007/s00394-014-0818-5

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