Sumario
La limitación de los azúcares añadidos es una importante estrategia para una nutrición óptima y un peso saludable, según las conclusiones del documento sobre la ingesta de azúcares y la salud cardiovascular (Dietary Sugars Intake and Cardiovascular Health ) publicado por la Asociación del Corazón estadounidense en 2009. El control de la ingesta de carbohidratos, que incluye la limitación de los azúcares añadidos, es también clave para conseguir el control glucémico según publicó la Asociación de la Diabetes estadounidense en sus recomendaciones para la práctica clínica.
En relación con los edulcorantes bajos en calorías y la respuesta glucémica, 4 ensayos aleatorios, que variaron de duración entre 1 y 16 semanas, mostraron que no existen diferencias importantes entre los efectos de los edulcorantes bajos en calorías y varias comparaciones (sacarosa, almidón o placebo) en medidas estándares de respuesta glucémica (es decir, glucosa e insulina en sangre, HbA1c, C-péptido) y, en general, no detectaron efectos clínicamente relevantes.
Además, algunos datos sugieren que los edulcorantes bajos en calorías pueden ser utilizados en una dieta estructurada como sustitutos de las fuentes de azúcares añadidos y que esta sustitución puede tener como resultado la reducción modesta de la ingesta de energía y la pérdida de peso. La reducción con éxito de la ingesta de energía requiere la existencia de una compensación incompleta de reducción energética por el consumo de bebidas y/o alimentos con edulcorantes bajos en calorías.
La prueba examinada sugiere que, usados con sensatez, los edulcorantes bajos en calorías podrían facilitar la reducción de la ingesta de azúcares añadidos, resultando así en una disminución de la energía total y la pérdida/control de peso, y promoviendo efectos beneficiosos en los parámetros metabólicos correspondientes. Sin embargo, estos beneficios potenciales no se producirán plenamente si existe un aumento compensatorio de la ingesta de energía procedente de otras fuentes.