Bruselas, 10 de octubre de 2014: la International Sweeteners Association (ISA) considera que las hipótesis del estudio realizado por Suez et al.1 son muy cuestionables. A diferencia de lo que refleja el título del artículo, estos estudios no confirman ninguna conclusión sobre el consumo de alimentos y bebidas edulcorados bajos en calorías y el mayor riesgo de obesidad o diabetes.
La extrapolación de los resultados del estudio a edulcorantes bajos en calorías como el aspartamo, la sucralosa y la sacarina, malinterpreta el trabajo llevado a cabo realmente. Estos tres edulcorantes son químicamente muy distintos y su comportamiento fisiológico también lo es; no pueden por tanto conducir científicamente a los mismos efectos metabólicos. Como ha señalado el Prof. Gérard Pascal, miembro habitual del Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimenticios (JECFA) y antiguo Presidente del Comité Científico de Alimentos de la Comisión Europea:
«La hipótesis de los autores es que la mayoría de los edulcorantes no son digeridos y se encuentran con la microflora intestinal. Pero esto, por ejemplo, es totalmente falso en el caso del aspartamo. En el intestino, la molécula del aspartamo se divide en dos aminoácidos (el ácido aspártico y la fenilalanina) y metanol. Los aminoácidos son metabolizados en el organismo y no alteran la microflora intestinal.«
Además, los investigadores administraron sacarina a 7 personas solo. La tasa de azúcar en sangre aumentó en 4 casos y disminuyó ligeramente en 3 casos. La muestra tan pequeña convierte a este artículo en un trabajo explicativo que podría haberse llevado a cabo en un grupo de participantes mucho mayor para respaldar sus conclusiones.
Asimismo, las observaciones del estudio son muy sorprendentes pues contradicen numerosos estudios revisados por colegas2-15 que confirman que el consumo de edulcorantes bajos en calorías no induce a la secreción de insulina ni aumento de la glucemia. Los autores de este informe tampoco tuvieron en cuenta los numerosos estudios cotejados que reflejan que aportando dulzor sin calorías, los edulcorantes bajos en calorías pueden servir para controlar el peso y para disfrute de las personas con diabetes.
Como señala el Prof. Marc Fantino, físico e investigador de la fisiología humana: «es un hecho probado que el factor de riesgo que conduce a la diabetes del tipo 2 es un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico y el consiguiente aumento de peso. Los resultados de varios estudios recientes muestran que la sustitución de azúcares por edulcorantes intensos en alimentos y bebidas puede reducir realmente la ingesta calórica e implicar la pérdida de peso.«2-4
Existe un amplio corpus de evidencias científicas que demuestran claramente que los edulcorantes bajos en calorías no están asociados a un riesgo mayor de obesidad y diabetes puesto que no influyen en el apetito, los niveles de glucosa en sangre o el aumento de peso. Los alimentos y bebidas bajos en calorías representan un aportación útil para una dieta saludable y equilibrada.