Mecanismo no viable para explicar las alegaciones que defienden que el aspartamo puede evitar la pérdida de peso en humanos

Respuesta de la ISA a un estudio en ratones realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts

El mecanismo sugerido por los investigadores del Hospital General de Massachusetts que alega que el aspartamo no puede ayudar a la pérdida de peso es sencillamente inviable biológicamente. Por el contrario, la evidencia firme de estudios clínicos en humanos corrobora el papel útil que juegan los edulcorantes bajos en calorías, como el aspartamo, en la disminución de la ingesta de energía y la pérdida de peso, cuando se usan como sustitutivos del azúcar como parte de una dita de adelgazamiento.

La nueva publicación en Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism1 afirma que la fenilalanina del producto en descomposición con aspartamo interfiere con la acción de una enzima previamente mostrada para evitar el síndrome metabólico. Sin embargo, lo que sus autores no mencionan en un comunicado de prensa2 publicado por el Hospital General de Massachusetts es que la fenilalanina es realmente un aminoácido común producido de manera natural en carnes, pescados, huevos, legumbres, productos lácteos, frutos secos y otros alimentos.

El aspartamo es una molécula cuya estructura es muy sencilla, estando compuesta por un dipéptido con 2 aminoácidos, el ácido aspártico y la fenilalanina3. Tras su ingestión, el aspartamo se digiere rápidamente en sus componentes principales y una pequeña cantidad de metanol4. Existe numerosa documentación que establece que tanto el ácido aspártico como la fenilalanina tienen la misma forma que cuando se absorben por el organismo de fuentes de alimentos naturales como los productos cárnicos o lácteos5. Y lo más importante, las cantidades de fenilalanina por la descomposición del aspartamo son mucho más bajas que las obtenidas de otras fuentes alimenticias naturales. Por ejemplo, concretamente para la fenilalanina, 100 g de pollo aportan una ingesta 12,5 veces superior que la gaseosa dietética.6

Por consiguiente, las afirmaciones de este documento basadas en una investigación en ratones, simplemente no son aplicables a las personas, quienes consumimos una variedad de alimentos que contienen cantidades mucho mayores de fenilalanina de los aminoácidos.

La evidencia científica muestra que el uso de edulcorantes bajos en calorías, tanto en niños como en adultos, conduce realmente a una disminución de la ingesta de energía y del peso corporal7.

  1. Gul SS, Hamilton ARL, Munoz AR, et al. Inhibition of the gut enzyme intestinal alkaline phosphatase may explain how aspartame promotes glucose intolerance and obesity in mice. Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 2016; DOI: 10.1139/apnm-2016-0346
  2. https://www.sciencedaily.com/releases/2016/11/161122193100.htm
  3. European Food Safety Authority. Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E 951) as a food additive. EFSA J. 2013;11:3496. doi:10.2903/ j.efsa.2013.3496.
  4. Magnuson BA, Burdock GA, Doull J, et al. Aspartame: a safety evaluation based on current use levels, regulations, and toxicological and epidemiological studies. CRC Crit Rev Toxicol. 2007;37:629–727.
  5. Butchko HH, Stargel WW, Comer CP, et al. Aspartame: review of safety. Regul Toxicol Pharmacol. 2002;35:S1–S93
  6. Magnuson BA, Carakostas MC, Moore NH, et al. Biological fate of low-calorie sweeteners. Nutrition Reviews 2016; 74(11): 670-689
  7. Rogers PJ, Hogenkamp PS, de Graaf K, et al. Does low-energy sweetener consumption affect energy intake and body weight? A systematic review, including meta-analyses, of the evidence from human and animal studies. Int J Obes 2016; 40(3): 381-94