Alimentos y bebidas edulcorados bajos en calorías más comunes para reducir la ingesta de calorías

Declaración de la ISA en respuesta al estudio observacional de Sylvetsky et al.

Los alimentos y bebidas con edulcorantes bajos en calorías son cada vez más una opción útil para las personas de todas las edades que desean disfrutar de un sabor dulce con menos calorías que las versiones con azúcar.

Un reciente estudio observacional realizado por Sylvetsky et al.1, que presenta cierta información sobre el uso de los edulcorantes bajos en calorías en una parte de la población estadounidense, mantiene que existe una mayor disponibilidad de alimentos y bebidas que los contienen. Esto tiene sentido pues agencias reguladoras y de la salud de todo el mundo han determinado que los edulcorantes bajos en calorías son seguros como sustitutivos del azúcar, basándose en exámenes amplios y críticos de la investigación directa sobre su potencial para la salud. Asimismo, los edulcorantes bajos en calorías han demostrado ser una herramienta útil en las estrategias alimentarias para reducir la ingesta de energía y/o controlar el peso corporal, según numerosos ensayos clínicos2-10. Si bien los autores defienden que son necesarios más estudios clínicos basándose en sus conclusiones, estos comentarios parecen ignorar el amplio corpus de estudios existente.

Por otro lado, tras revisar el documento de Sylvetsky et al., este análisis de datos de una encuesta alimenticia de 24 horas solo apunta al hecho de que los alimentos y bebidas con edulcorantes bajos en calorías fueron registrados según se fueron consumidos el día anterior por más personas (niños y adultos) en el periodo entre 2009-2012 que el mismo periodo entre 1999-2000. Asimismo, según aclaran los autores y para poner las conclusiones del análisis de Sylvetsky et al. en perspectiva, “su uso de [edulcorantes bajos en calorías] fue relativamente bajo al evaluarlo como una proporción de la ingesta total de comidas y bebidas. En concreto, el consumo de bebidas con edulcorantes bajos en calorías incluye solo el 1% de la ingesta de bebidas total informada en niños y el 5% de la ingesta de bebidas total en adultos. Igualmente, solo el 1% y el 2,5% de los postres consumidos en NHANES 2009-2012 contenían edulcorantes bajos en calorías, en niños y en adultos, respectivamente.”

Más importante, los beneficios de los edulcorantes bajos en calorías para la salud bucodental tanto para adultos como para niños, se encuentra bien documentada, pues no son cariogénicos. También, son una ayuda importante y significativa para las personas con diabetes que necesitan regular su ingesta de carbohidratos, puesto que el consumo de alimentos con edulcorantes bajos en calorías como sustitutivos del azúcar provoca una menor subida de glucosa en sangre tras su consumo en comparación con los alimentos con contenido de azúcar (EFSA, 2011)11. Más significativo aún, todos los edulcorantes bajos en calorías han sido exhaustivamente probados y aprobados como seguros para su consumo por todos los grupos de población por las autoridades reguladoras de todo el mundo, incluida la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) .

En tiempos en los que los niveles de sobrepeso y obesidad se encuentran en aumento, el uso de productos edulcorados bajos en calorías, utilizados en lugar de las versiones azucaradas con todas las calorías y como parte de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, puede servir para reducir la ingesta de energía diaria total y ser por tanto una herramienta útil para el control de peso, basándonos en un inmenso corpus de evidencias.2 Con los reconocidos efectos del sobrepeso y la obesidad, pretender asustar a las personas con la seguridad de los edulcorantes bajos en calorías efectivos es inoportuno o no sin consecuencias.

  1. Sylvetsky AC, Jin Y, Clark EJ, Welsh JA, et al. Consumption of low-calorie sweeteners among children and adults in the United States. J Acad Nutr Diet 2017
  2. Rogers PJ, Hogenkamp PS, de Graaf K, et al. Does low-energy sweetener consumption affect energy intake and body weight? A systematic review, including meta-analyses, of the evidence from human and animal studies. Int J Obes 2016; 40(3): 381-94
  3. Miller P, Perez V. Low-calorie sweeteners and body weight and composition: a meta-analysis of randomized controlled trials and prospective cohorts (391.1). FASEB J 2014; 28: 391
  4. de la Hunty A, Gibson S, Ashwell M. A review of the effectiveness of aspartame in helping with weight control. Nutr Bull 2006; 31: 115–128
  5. Peters JC, Beck J, Cardel M, et al. The effects of water and non-nutritive sweetened beverages on weight loss and weight maintenance: A randomized clinical trial. Obesity (Silver Spring) 2016; 24(2): 297-304
  6. Peters JC, Wyatt HR, Foster GD, Pan Z, Wojtanowski AC, Vander Veur SS et al. The effects of water and non-nutritive sweetened beverages on weight loss during a 12-week weight loss treatment program. Obesity 2014; 22: 1415–1421
  7. Piernas C, Tate DF, Wang X, Popkin BM. Does diet-beverage intake affect dietary consumption patterns? Results from the Choose Healthy Options Consciously Everyday (CHOICE) randomized clinical trial. Am J Clin Nutr 2013; 97: 604–611
  8. Tate DF, Turner-McGrievy G, Lyons E, Stevens J, Erickson K, Polzien K et al. Replacing caloric beverages with water or diet beverages for weight loss in adults: main results of the Choose Healthy Options Consciously Everyday (CHOICE) randomized clinical trial. Am J Clin Nutr 2012; 95: 555–563
  9. Maersk M, Belza A, Stødkilde-Jørgensen H, Ringgaard S, Chabanova E, Thomsen H et al. Sucrose-sweetened beverages increase fat storage in the liver, muscle, and visceral fat depot: a 6-mo randomized intervention study. Am J Clin Nutr 2012; 95: 283–289
  10. Raben A, Vasilaras TH, Mu?ller AC, Astrup A. Sucrose compared with artificial sweeteners: different effects on ad libitum food intake and body weight after 10 wk of supplementation in overweight subjects. Am J Clin Nutr 2002; 76: 721–729
  11. EFSA Scientific opinion on the substantiation of health claims related to intense sweeteners. EFSA 2011 Journal 9: 2229