Resumen
La importancia de la señalización intestino-cerebro inducida por nutrientes en el control de la ingesta de alimentos del humano recibe una atención cada vez mayor en investigación. Gran parte del exceso calórico consumido procede de los azúcares de la dieta, sin embargo, falta mucho para completar nuestro conocimiento sobre los mecanismos que median en los efectos psicológicos y apetitivos de moléculas [tastants] de dulzor en el intestino humano y el eje intestino-cerebro. Los efectos comparativos de los azúcares naturales frente a los edulcorantes bajos en calorías tampoco se entienden completamente. La investigación en animales y modelos celulares sugiere la existencia de un papel funcional clave en las células endocrinas intestinales para los receptores del sabor suave previamente bien descritos en el sabor oral. Sin embargo, los estudios realizados hasta la fecha no han podido mostrar de forma coherente que la activación del receptor del sabor dulce con los edulcorantes bajos en calorías situado en el intestino humano no pueda reproducir ninguno de los efectos en la motilidad gástrica, las hormonas intestinales o respuestas apetitivas evocados por los azúcares calóricos.
Sumario
El examen específico realizado por Bryant y McLaughlin ha descubierto que no existen evidencias de los efectos de los edulcorantes bajos en calorías en el funcionamiento intestinal. El examen abarca estudios celulares, animales y clínicos y coloca los resultados de esta investigación en contexto en relación con el eje intestino-cerebro en su control de ingesta de alimentos, fue dirigido a la luz de las recientes hipótesis que sugieren un efecto de los edulcorantes bajos en calorías en la salud humana con la activación de los receptores y/o la liberación de las hormonas intestinales implicadas en la señalización de nutrientes y el control de apetito.
Tras revisar la evidencia colectiva, los autores concluyeron que los estudios disponibles en humanos no corroboran un efecto clínicamente significativo de los edulcorantes bajos en calorías en las hormonas intestinales implicadas en el control de glucosa en sangre o el apetito. Basándose en la evidencia científica, descubrieron que la sucralosa, el aspartamo y el acesulfamo-K no tenían un efecto mayor que el agua en la secreción de GLP-1, insulina, PYY o grelina, ni ningún impacto en las respuestas apetitivas.