Nuevo estudio analiza cómo funcionan los edulcorantes bajos o sin calorías en el control de peso

Hallazgos principales:

  • Una nueva revisión concluye que el uso de los edulcorantes bajos o sin calorías es una estrategia dietética que puede ayudar a lograr una pérdida de peso modesta, mejorar la adherencia a la dieta, inducir saciedad sensorial específica para alimentos dulces y facilitar el mantenimiento de peso perdido.
  • Los edulcorantes bajos o sin calorías solo pueden modificar un aspecto de la ingesta energética: las calorías provenientes de azúcares añadidos. Tendrán un efecto sobre el peso corporal si se mantiene una reducción de la ingesta diaria de energía y de azúcares.
  • Es más probable que observen efectos significativos sobre el peso corporal en personas que solían consumir grandes cantidades de bebidas azucaradas y que las sustituyen por alternativas con edulcorantes bajos o sin calorías.

 

El debate científico sobre el papel de los edulcorantes bajos o sin calorías en el control del peso y la obesidad se ha intensificado tras la publicación de la controvertida directriz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cuestiona su papel en la pérdida de peso.¹ La controversia surge de la diferente interpretación de la evidencia actual, pero también podría deberse a una falta de comprensión clara sobre cómo funcionan los edulcorantes. Un nuevo estudio de revisión² realizado por la Dra. France Bellisle, publicado en la revista Obesity Reviews, analizó la literatura actual para responder una pregunta sencilla: ¿Cómo funcionan los edulcorantes bajos o sin calorías en el manejo del peso? 

 Aclarando qué son los edulcorantes bajos o sin calorías y cómo se utilizan

Para explorar el mecanismo de acción de los edulcorantes, es esencial entender primero qué son estas sustancias y cómo las utiliza la industria alimentaria. Los edulcorantes bajos o sin calorías son aditivos alimentarios de origen y propiedades fisicoquímicas diversas, pero con una característica clave en común: todos tienen un poder endulzante mucho mayor en comparación con los azúcares, por lo que se utilizan en cantidades muy pequeñas para otorgar el nivel de dulzor deseado a los alimentos y bebidas, aportando muy poca o ninguna energía al producto final. De este modo los edulcorantes bajos o sin calorías se emplean para sustituir los azúcares añadidos o libres en los alimentos y bebidas, lo que permite reducir la densidad energética (calorías) de estos productos y manteniendo su sabor dulce.

Al comprender qué son los edulcorantes bajos o sin calorías, queda claro que ninguno de los edulcorantes aprobados posee propiedades de tipo farmacológico. No son medicamentos para bajar de peso y no se debe esperar que por sí solos, conduzcan a una pérdida de peso. Entonces, ¿cómo funcionan?

Los edulcorantes bajos o sin calorías pueden influir en la ingesta energética al reducir las calorías provenientes del azúcar

Los edulcorantes bajos o sin calorías pueden modificar un solo aspecto de la ingesta energética: las calorías provenientes de los azúcares añadidos. Consumir alimentos y bebidas con un menor contenido energético (es decir, menos calorías) en lugar de sus versiones regulares puede afectar nuestra ingesta calórica total y, en última instancia, nuestro peso corporal. Por ejemplo, se puede lograr una reducción de 100 kcal provenientes del azúcar al sustituir un refresco azucarado de 265 ml por una alternativa endulzada con edulcorantes bajos o sin calorías, o al elegir un yogur de 280 g bajo en grasa con edulcorantes en lugar de la versión azucarada.

La reducción calórica que se logra al sustituir azúcares por edulcorantes puede ser considerable en bebidas (como el refresco), significativa en alimentos semisólidos (como los yogures), pero más limitada en alimentos sólidos (como el chocolate). Esto se debe a que los azúcares cumplen funciones más allá de aportar dulzura, también contribuyen al volumen, la textura, el sabor y a la vida útil de los productos alimenticios, lo que hace que la reducción de azúcar en alimentos sólidos sea más compleja. Por lo tanto, sustituir alimentos sólidos azucarados por alternativas con edulcorantes no generará la misma reducción calórica sustancial que se obtiene al reemplazar bebidas.

Un efecto modesto pero consistente de pérdida de peso consistente, demostrado en estudios de intervención

Una amplia investigación clínica, que incluye diversos diseños de estudios de intervención, corrobora que los edulcorantes bajos o sin calorías pueden llevar a una pérdida de peso modesta pero constante de aproximadamente 1 a 2 kg, en comparación con el consumo de azúcares.3,4,5 La mayoría de los estudios clínicos han evaluado el impacto de los edulcorantes durante algunos meses, pero ensayos clínicos  aleatorizados y controlados  con una duración de hasta 2 años han mostrado un efecto beneficioso similar.

Su efecto beneficioso puede explicarse mediante ecuaciones de balance energético, pero otros beneficios de los edulcorantes bajos o sin calorías, relacionados con el peso, incluyen la inducción de saciedad sensorial específica (es decir, la exposición a los edulcorantes conduce a una disminución del deseo por el mismo atributo de sabor en un corto período de tiempo), un mejor cumplimiento de la dieta y la facilitando el mantenimiento de la pérdida de peso. La evidencia proveniente de trabajos originales de alta calidad sugiere que los edulcorantes bajos o sin calorías pueden contribuir a un cambio beneficioso sostenido en la ecuación del balance energético de forma directa (al reducir la densidad energética de una variedad de productos) e indirecta (al facilitar la adherencia a largo plazo a la dieta y proporcionar saciedad sensorial específica, mientras que la pérdida de peso en sí misma probablemente aumente el apetito por lo dulce).

En relación con su papel a largo plazo en el control del peso, debe tenerse en cuenta la fisiología de la regulación del peso corporal. Está bien establecido que, unos meses o años después de introducir un cambio permanente en la ingesta energética —independientemente del método dietético utilizado—, el efecto resultante sobre el peso alcanza una asíntota. Esto significa que la tasa de pérdida de peso disminuye con el tiempo, ya que la reducción del peso corporal, por sí sola, disminuye progresivamente las necesidades energéticas. Eventualmente, se alcanza un nuevo equilibrio entre la ingesta y el gasto energético, y el peso corporal se estabiliza, incluso si se mantiene la reducción original en la ingesta. Para permitir una mayor pérdida de peso, debe restablecerse un balance energético negativo, ya sea reduciendo aún más la ingesta o aumentando el gasto energético. Sin embargo, esto no significa que el efecto beneficioso de sustituir el azúcar por edulcorantes desaparezca. Según la ecuación del balance energético, volver a consumir productos con solo azúcar aumentaría la ingesta energética diaria y afectaría el peso corporal con el mismo patrón predecible: un aumento rápido de peso que lentamente alcanza una asíntota con el tiempo. Probablemente por eso, los estudios clínicos a largo plazo han indicado otro beneficio del uso de edulcorantes bajos o sin calorías: mantener la pérdida de peso de manera más eficiente a lo largo del tiempo. 6,7

¿Es este un efecto “mayor” o “menor”?

La OMS ha reconocido el impacto de los edulcorantes bajos o sin calorías en la pérdida de peso, según lo evaluado en estudios clínicos, pero lo ha considerado un efecto “menor”. ¿Es realmente un efecto “menor” en el contexto actual de un mundo obesogénico, donde ninguna estrategia hasta ahora ha logrado revertir o siquiera detener la epidemia de obesidad?

Evidentemente, el efecto de pérdida de peso atribuido a los edulcorantes por sí solos es menor en comparación con programas de pérdida de peso que afectan toda la dieta y el estilo de vida, nuevos medicamentos o la cirugía bariátrica. Sin embargo, debe recordarse que, a diferencia de los enfoques dietéticos integrales, los edulcorantes solo pueden modificar un solo  aspecto de la ingesta energética: las calorías provenientes del azúcar. Además, son ingredientes alimentarios, no medicamentos. La comparación no es equitativa (por ejemplo, una sola herramienta dietética frente a un enfoque dietético completo o un fármaco).

France Bellisle señala que si la contribución de los edulcorantes al cambio de peso (1–2 kg) se considera “menor” o “mayor” es una cuestión de interpretación individual. Sin embargo, un aspecto que distingue el uso de edulcorantes bajos o sin calorías de otras estrategias dietéticas es que su uso hace que la dieta sea más agradable, permitiendo a los consumidores seguir disfrutando del sabor dulce. A su vez, esto puede facilitar la adherencia a dietas con reducción calórica, lo cual es importante dado que la constancia suele ser un factor crucial para el éxito en el control del peso.

¿Quiénes podrían ver más beneficios con el uso de edulcorantes bajos o sin calorías?

Los efectos significativos de sustituir el azúcar por edulcorantes bajos o sin calorías probablemente se observen con mayor claridad en personas que consumen grandes cantidades de bebidas azucaradas. Dado que las bebidas azucaradas son una fuente importante de azúcares añadidos/libres en los grandes consumidores, y que la diferencia energética entre las versiones con azúcar y las “light” es mayor en las bebidas, reemplazar las bebidas azucaradas por versiones con edulcorantes puede ser una estrategia eficaz para lograr una reducción sustancial (incluso “mayor”) en la ingesta energéticaEn cambio, las personas que no consumen muchas bebidas azucaradas tendrán un efecto potencial menor al sustituir alimentos semisólidos o sólidos que contienen azúcar por versiones con edulcorantes, ya que la diferencia energética entre ambas versiones es más limitada y, por lo tanto, la reducción calórica total es menor.

Mensaje clave

Como herramienta dietética que influye en un solo aspecto de la ingesta energética, no se puede esperar que los edulcorantes bajos o sin calorías generen un cambio importante en las tasas globales de obesidad. De igual manera, no se puede esperar que tengan la misma efectividad que los medicamentos para bajar de peso o los programas integrales de pérdida de peso que incluyen intervenciones dietéticas, conductuales y de actividad física. Sin embargo, el uso de edulcorantes bajos o sin calorías es una herramienta dietética útil y de fácil adopción que puede formar parte de todo tipo de estrategias para la pérdida de peso, ya que facilita la adherencia a dietas más agradables al paladar, reducidas en calorías y azúcares, sin privar a las personas del sabor dulce.

Dado que la obesidad está clasificada como una epidemia global y las recomendaciones de salud pública insisten en la necesidad de limitar el consumo de azúcares añadidos/libres, es importante comunicar claramente cómo los edulcorantes bajos o sin calorías pueden ayudar a las personas a manejar su peso de manera más efectiva.

  1. Khan TA, Lee JL, Ayoub-Charette S et al. WHO guideline on the use of non-sugar sweeteners: a need for reconsideration. Eur J Clin Nutr. 2023;77:1009–1013.
  2. Bellisle F. Low- or No-Energy Sweeteners and Body Weight Management: Dissecting a “Minor” Effect. Obesity Reviews. 2025;e13937. https://doi.org/10.1111/obr.13937
  3. Laviada-Molina H, Molina-Segui F, Pérez-Gaxiola G et al. Effects of nonnutritive sweeteners on body weight and BMI in diverse clinical contexts: Systematic review and meta-analysis. Obes Rev. 2020;21,e13020.
  4. Rogers P, Appleton KM. The effects of low-calorie sweeteners on energy intake and body weight: a systematic review and meta-analyses of sustained intervention studies. Int J Obes. 2021;45:464–478.
  5. Rios-Leyvraz M, Montez J. Health effects of the use of non-sugar sweeteners. A systematic review and meta-analysis. World Health Organization. 2022; ISBN 978-92-4-004642-9
  6. Harrold JA, Hill, S, Radu C et al. Non-nutritive sweetened beverages versus water after a 52-week weight management programme: a randomised controlled trial. Int J Obes. 2024;48:83–93.
  7. Peters JC, Beck J, Cardel M et al. The effects of water and non-nutritive sweetened beverages on weight loss and weight maintenance: a randomised clinical trial. Obesity. 2016;24:297-304.
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